Esto lo escribí hace mucho tiempo en mi ordenador, lo encontró Michael cotilleando donde no le mandaban y aunque no es gran cosa le emocionó.

Hoy es a mí a quien emociona, os prometo que es la última "mariconada" que meto aquí. A partir de ahora seré la misma sin corazón fría como el témpano que he sido siempre. Jaja

Aqui os lo dejo!


23/5/2006

Hoy me he vuelto a pasear por estas calles, tal y como espero hacerlo por ultima vez, algún dia…
Las lagrimas hacen amagos por saltar de mis ojos imaginando el momento en que diga adios a todo esto, e intento registrar en algun rincón de mi cerebro todo cuanto vivo en todo momento. Asi repaso cada segundo, cada instante, cada piedra de cada arquitectura, con la misma atención, con el mismo cariño con que lo hare, no tardando mucho por ultima vez, ya intuyendo la nolstalgia que mas tarde al recordarlo tendre.
Ya me estoy preparando, me estoy preparando para dejar Tours de modo que no pueda olvidarla nunca. Pienso que estoy haciendo las paces con esta ciudad.
Fueron muy sabias las palabras del “Au Temps des Rois”, escritas con boli en la puerta del baño, donde se puede encontrar la mitad de la filosofia de este siglo, decia algo como “disfrutar cada instante de los que paseis en Tours, porque es un lugar que no se olvida” y la persona que habia escrito esto lo decia por experiencia, una española en Tours, puede que tambien una Erasmus, como nosotros, que nos advertia de cuan precioso es el tiempo pasado en esta ciudad.

No, nunca podre olvidarla porque es mucho lo que me ha dado. Puede que le envuelva un halo especial que solo aprecia quien observa atentamente, o puede que sean los recuerdos de cuanto he vivido en ella lo que la hacen tan hermosa.

Puede que aquí las gentes vivan mas porque en Tours cada dia el tiempo, en algun momento, se detiene.
El disparate tiene aquí cabida, y todo parece posible lo mismo que todo ser parece aceptado.
Luego, la imaginación vuela y vaga entre ruinas de castillos que estuvieron poblados por princesas, y los rayos de sol acarician las sombrillas de los siempre concurridos cafés de Tours. Hecharé de menos estas calles bulliciosas y tranquilas a un tiempo, esta mezcla que tanto me gusta y tienen las ciudades-pueblo. Familiar y urbano.

Se que va a faltarme la isla, un paraíso aislado, entre dos corrientes, en medio del río.
Llorare por esas aceras empedradas que echaron a perder mi maleta, por el césped del jardín de Prebendes donde no nos dejaban sentarnos, por los kebabs y los kebakeños, por los kilos que me probocaron…

¿Qué haré cuando quiera contemplar la catedral de noche? ¿volveré a ver las mansiones y los blancos campanarios de la orilla de Tours Nord?

Siempre procurare cerrar los ojos y perderme en sus calles, en sus cafes y “boulangeries”: Rue Colbert, Rue Grand Marché, Beranger, ¡incluso Rue Bretoneau y el albergue!
Siempre recordare Jean Jaurés y su impresionante ayuntamiento, la preciosa gare y la calle del Mc Donalds, también el Atac y el Marché Plus. Las casetas prefabricadas del CUEFEE y Les Halles, justo antes de pasar por la “Place du Monstre”, viendo a lo lejos las ruinas de la Basílica de Saint Martin, y sera totalmente imposible olvidarse de la Place Plumere’au.

Tus bohemios, tus esnobs, tus clochards, tus petits crèmes, tus pains au chocolat. Las primeras soirées en el Ailleurs y el Alexandra y las ultimas bajo el puente Wilson; el Au Temps des Rois y el Bistrot 64, el gorroneo de internet en Le Café y el quiz de The Pale... aun nos queda lo mejor.
Dios!! Y si no hubiese venido nunca? No puedo imaginarme mi vida antes de Tours, y aun no me he ido. Creo que es el año en que más he reido de toda mi vida.

GRACIAS,

GRACIAS A QUIENES HAN HECHO QUE TODO PUEDA SER TAN ESPECIAL (ya sabeis quienes).

Si no lo ponía reventaba!! jaja, siento haberme olvidao comentar la ruta de las happys por los Freres Bertoneau, la biblioteca y la divertida temporada de estudio etc, etc, pero son tantas cosas que alguna se me tenia que quedar perdida por el camino.