miércoles, marzo 04, 2009

EL CASO CONTRA REA












Alego que me han hecho un mal que parece irreparable.
Declaro que ahora mi miedo ha aumentado.
Auguro que no volveré a confiar del mismo modo en nadie.
Expurgo las penas que ahora siento.
Pago con todos aquellos, buenos y malos, recuerdos.
Me declaro inocente de aquella muerte.
Soy víctima de un embaucador.
A sus esbirros les llaman "desamor".
No merezco la condena.
Tantos años de prisión.
Nadie debiera pagar mi fianza.
Los grilletes apresan la confianza que ya no puedo dar.
Aquel que quiera sanarme las heridas no saldrá ileso.
Pongan un cartel que diga que soy una atestada.
Si el culpable goza en libertad, al menos que el resto lo sepa.
Y que en vez de oración de penitencia pueda rezar aquello de
¡SALVESE QUIEN PUEDA!

3 comentarios:

Mirta Peces dijo...

mamma mia!! no comment...

dijo...

jajaja joer un día de bajón o yo qué sé... como anda leyendo libros de la inquisición...

dijo...

"j'ai connu le bonheur invraisemblable des grands tristes, ceux pour qui la lumière est rare. Quand la lumière n'est pas un dû, elle devient un cadeau féérique"

(Régis Jauffret)