jueves, diciembre 28, 2006

DICIEMBRE SE VA Y NO ME LLEGA

Hace un rato he hablado (por el messenger) con el lycéen, qué tontería todo,
dejas tus maletas en un clavo, pese a no tener la suficiente fuerza
pese a que todo se vendrá abajo, solo porque es el único clavo, porque pasas de dejar tus cosas en el suelo, y no, tonta, necia, prefieres verlas por tus propios ojos caer.
No pienso caer en la trampa en la que caen las enamoradas del amor, y no pienso volver a condicionarme, voy a mostrarme como soy.

Diciembre se acaba, ya no puedo tomarme en serio, mis promesas no son nada y el tiempo se me acaba. Se filtra entre mis manos, son hojas de calendario pero como si arenas del tiempo se tratasen.
No he escrito nada. Nunca lo haré. No seré la típica escritora que no escribe, porque no hay cosa más patética ni más ridícula.
Si tengo suerte me perderé en las investigaciones, que bastante es, si igualmente tengo suerte, aunque menos, supongo que me sumergiré en la burocracia y las oposiciones, pero de cualquiera de estos modos no creo que pueda realizarme.
La verdad es que cada día me acerco más a lo que se pueda entender por un fraude. Podría decir que la palabra huye de mi, pero parece que nunca haya estado conmigo.
Cuanto me apena, pero a veces es necesario tener los pies en la tierra.





El otro día vi un reportaje sobre Juan Ramón Jiménez, me hizo pensar mucho. En por qué no escribo? en por qué lo hago más cuando soy más infeliz, en por qué he pasado de unos fructíferos años a hacer nada o a no hacer más que mierda.
Algo que también está relacionado con las fobias, y ahora, si que creo que exista una relación. No es mi felicidad o mi infelicidad, es mi racionalismo lo que está matando mi creatividad, y nunca creí que estuvieran tan relacionados.
Juan Ramón escribía porque tenía un miedo apabullante a la muerte, pensaba que en cualquier momento podía llegarle el momento, con esa tensión, con ese miedo, vivía bajo la constante presión de no ver acabada su obra, de no conseguir la perfección, "la belleza" a la que él aspiraba.
Me acomodo a lo fácil, a no luchar, a no pensar en las cosas malas, y sin embargo se que de este modo no hallaré la paz en mi. Tal vez nos venga bien un poco de miedo en el cuerpo. Pero claro, frente a la muerte por ejemplo, no hay una sola reacción.

Nada más por hoy.

1 comentario:

mery dijo...

querida!es totalmente normal escribir cuando las cosas no van bien... y por eso tener verguenza o detestar lo que se escribe..porque cuando las palabras caen su la carta son ya pasadas... escribir para olvidar o algo asi..paradoxo?oui, c'est moi!
et pour le mineur...tu as le droit de croire dans chacun de tes sentiments!rien de mal, solo demasiadas pajas mentales...c'est la vie, c'est assez normale, vu que tu as comme amies de folles qui se 'font' autant de pajas mentales que toi!
un gros bisou ma belle!

ps:que bueeeeno los balances de fin de ano!cuanto os echo de menos!!!