miércoles, noviembre 02, 2011

"Si te empeñas en no dejar pasar las oportunidades te llaman loco por no asumir que nadie ni nada detiene un río


Se está hundiendo todo, hasta las fantasías, las únicas que en casos extremos aún suelen mantenerse en el aire.
La realidad, como siempre, acaba por zarandearnos tras una violenta bofetada y los cardenales perduran, fríos, ardiendo en nuestra piel resquebrajada.
El Cape Diem era una bella utopía que escondía desengaños e irresponsabilidad.
El destino era una muleta que los cojos de espíritu habían creado para amortiguar la sensación de vértigo al caer.
La ilusión era un hada mezquina que nos entretenía cubriendo nuestros ojos con velos para no buscar la verdad.
Pero la verdad de todos modos, tarde o temprano te encuentra y te da de improviso el golpe final.
No se nada contracorriente, nadie pesca en aguas bravas y mucho menos con los brazos desnudos.
El río rebosa de riquezas e impurezas, de piedras, algas, serpientes, cangrejos, peces, basura, tesoros... aunque pasen a tu lado, cuando las aguas fluviales barren con fuerza los fondos abisales, poco harás estirando tus brazos. Porque el río sigue, la vida transcurre imparable hacia la muerte, y las cosas que ansiamos ver llegar, llegarán, tal vez, cuando estiremos los brazos en tiempos de aguas mansas.
A veces, dejar pasar oportunidades no es una opción.
Se trata de evitar un despilfarro de energía.

2 comentarios:

Moisés. dijo...

Touché.

dijo...

¿Te sientes o te has sentido alguna vez así?