viernes, enero 15, 2010

Sin centro de equilibrio

Alguna vez oí eso de "cuidado con lo que deseas porque podría cumplirse", me quedé pensando en ello desde la primera vez que lo escuché. Bueno, deseé incertidumbre, deseé inestabilidad. Algunos me llamaron loca y algunos de los que no lo hicieron se quedaron con las ganas de decirlo. Sigo sin querer estabilidad ni rutina, pero yo esperaba que en la vida incierta que quería vivir tuviese un clavo, algo a lo que agarrarme, un eje sobre el que orbitar para no perder el rumbo. Grasso error. Solo estoy yo, y esta vida que he deseado y ahora recojo como fruto que he cultivado.
Una sorpresa tras otra y ya no sé si voy o si vengo. Hay un aspecto positivo en esto, no merece la pena preocuparme por lo que no me gusta porque tal vez no dure demasiado y no voy a perder el tiempo lamentando.
Tres, cuatro veces he tenido que cambiar el tema de investigación, los planes de futuro a corto plazo, todo. Me pregunto si ésto me lleva a alguna parte o son solo estrategias de mareo para tener sensación de movimiento aunque siga en modo estático.
Otra cosa, ya no creo en el destino, definitivamente no. Ni en las casualidades. Me empeñé en ver cosas que solo existían en mi mente y no he provocado más que pérdida de tiempo. Se acabó el pensar que veo señales. Ni las señales existen ni el futuro está escrito ni se puede predecir.
Por hoy va bien. Si me buscais estaré por ahí dando tumbos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno..
yo he llegado a la conclusión que da igual cuánto nos compongamos, al final ocurre algo q nos descompone todo y tenemos q volver al principio..quizá lo mejor sería no componer y dejar todo a la improvisación
mirta