sábado, septiembre 13, 2008

IL ÉTAIT UNE FOIS

Hubo una vez un pequeño y diminuto reino, junto al Loira, donde tantos castillos fueron construidos por la flor innata de Francia y parte de Europa, ahora ocupados por ilustres fantasmas de largas listas de apellidos pero de los que ya casi nadie se acuerda.
Era el reino de las Torres que aguardaba cada otoño a que sus tronos vacíos fuesen ocupados por príncipes y princesas de muy distinta procedencia. Suyo sería Tours, el reino de las Torres mientras durase su mandato, apenas unos meses, hasta que tuviesen que irse en verano para prepararlo todo para el siguien reemplazo.
Cuando llegaron los destinados a descubrir las maravillas de aquel reino y sus gentes corría el otoño del 2005. Alguno hubo que en principio se sintió perdido, ¿cuál sería ahí su cometido? ¿llevarse todo el conocimiento de l'Université François Rabelais? ¿aprender el idioma del pueblo? ¿ser anfitriones de las fiestas del reino? en resumidas cuentas su misión era clara aunque ellos al principio así no lo vieran, se trataba de vivir, disfrutar, aprender, CRECER.
Aquel año corto de reinado les serviría para poder llevar siempre consigo una parte de lo propio, una parte de lo adquirido, una parte de lo renovado, todo hilvanado por siempre y en todos lados.

No sé si el Puente de Piedra se acordará de nosotros, que´tonterías, es un puente y harto estará de las gentes que hayan pasado por encima y debajo de él, pero nosotros siempre nos acordaremos de que ahí hemos bailado, como locos en bacanales, con la felicidad del que cree vivir un instante eterno, un instante que puede repetir allá donde se alle, con solo cerrar los ojos, con solo desearlo. Y lo deseamos a menudo.
Ójala las calles, el río, los bares, los árboles, la brisa, el olor de los pains au chocolat, la gare, el botánico... se acordaran de mí y me echasen de menos, me dijesen que me necesitan a su lado para no sentirse tan tristes y solos como yo me siento sin ellos cuando recuerdo la buena compañía que ahí tuve.
Podían haber guardado las casas de pain de bois los ecos de nuestras risas y retenerlos para cuando volvamos, porque volveremos. Siempre "volvemos" pero algún día lo haremos realmente. Si los momentos son eternos, ¿una vida repleta de tales momentos no lo será también?

Llamazlo "refugio de tiempos de guerra" si así lo quereis, pero ese lugar, ese momento, será por siempre mi cobijo. Tours (2005-2006)
el tiempo ha pasado en vano.

2 comentarios:

Mirta Peces dijo...

ké bonito, Lorena!!!
se me han puesto los pelos de punta leyéndote!!mamma mia!! yo creo k si hacemos reencuentro, tendría que ser en Tours!

Anónimo dijo...

Ya sé lo que puedes sentir... Dentro de dos dias, cumpliré dos años de depresion post-erasmus granadina! :S