Feliz porque hoy me alegro de que todo navegue en la incertidumbre.
No tengo ni puta idea de lo que pasará dentro de un año, pero hoy doy gracias por ello.
Porque hace un año seguramente me quejaba y hoy he tenido un buen día, y ayer también, porque me actitud está cambiando y comienzo a sentir más gratitud y menos añoranza por todo lo que he tenido.
He peleado, he llorado, me he desgarrado, y ahora estoy recogiendo los frutos, me siento más realizada, me siento más en paz, porque estoy aprendiendo poquito a poco, y sin demasiados trompicones, que gracias a ese no saber qué será de nosotros lo malo no debe preocuparnos, ya se irá, y lo bueno no está ahí para siempre así que tienes que cogerlo y atesorarlo, atesorarlo con el resto de recuerdos y vivencias que te hacen sentirte orgulloso de tí mismo, de los demás, de todo; aprender y tirar pa alante.
Los mayores de 65 años son estadísticamente más felices que los treintañeros, porque han aprendido a valorar la vida, porque se mantienen jóvenes en los recuerdos de otra época y saben dar las gracias por ello. Lo hacen con buen humor, mirando hacia adelante, ese es el modo de dar las gracias, sí señor.
Hace un año yo no sabía si haría los cursos de doctorado o no, no sabía si me cogerían en las prácticas de la comisión, buscaba casa en Santander, no sabía que pasaría la nochevieja en la Felguera, ni que buscaría casa en Europa, que podría trabajar en jurisprudencia, que me ofrecerían al menos dos becas y lloraría para rechazar una, luego coger otra, no sabia que me enamoraría, no sabía que mi chico tendría que irse al otro extremo del mundo y no sabía cómo me lo tomaría, no sabía que podría entregar "a tiempo" los trabajos de la universidad pese a estar a miles de kms y haciendo otras cosas, ni que tendría que cambiar RADICALMENTE el tema de mi trabajo de investigación por otro que parece que me gusta más, no imaginaba que estaría a punto de visitar a Marta en Sevilla, que Laura viviría aventuras en México, ni que llegaría a ver a Lucia Parra viviendo en Madrid! que haría con éxito mis exámenes de antropología, que viviría en Gijón con mi hermana y por fin un pequeño Teo pelirrojo en la familia, que no es un hijo mío, sino un gato.
Sigo sin saber qué será de mi vida, pero hoy me digo ¿para qué temer el no saber si puede haber tantas sorpresas? ¿para qué gastar energía en comerme la cabeza con cosas que no pasarán? lo mejor es dejarnos guiar, confiar, hacer nuestra voluntad.
Va a ser ese el camino adecuado, quien siga sus impulsos de modo coherente logrará sentirse satisfecho, triunfará.
Hoy veo que podría estar en el camino, ¿por qué no?.
Mi futuro profesional está en el aire pero podría ser bueno, podría significar que hay más salidas de las que pienso, que en cualquier momento puedo dar un giro y cambiar en algún sentido. Bueno, algo he mejorado, hoy tengo una relativa estabilidad que me permite tener menos miedo a mis equilibrios en la cuerda floja.
Mi chico se va dirección al sol naciente, pero podríamos encontrar a otras personas que nos hagan felices, podríamos volver a vernos algún día, podrían pasar tantas cosas que cualquier segundo que me dedique a imaginar nuestro futuro juntos o separados será una pérdida de tiempo. ¿Y quién me dijo a mí que le iba a encontrar?
Todo puede pasar! hoy digo, bendita indertidumbre, que nos tienes al hilo!
Del tema salud no vamos a hablar porque sencillamente no se puede, ahí estará una de las mayores, sino la mayor incertidumbre. Digamos que lo mejor es evitar las fobias y neurosis, sobre todo no nos obsesionemos.
Es obvio, pese a todo estoy de buen humor, exsultantemente alegre, tendrá que ver que en menos de una semana viajo y veo a gente a la que quiero mucho mucho mucho muchísimo. Con incertidumbre o sin ella una cosa está clara, nunca tendremos que dejar de lado los proyectos que nos ilusionan
:)
No tengo ni puta idea de lo que pasará dentro de un año, pero hoy doy gracias por ello.
Porque hace un año seguramente me quejaba y hoy he tenido un buen día, y ayer también, porque me actitud está cambiando y comienzo a sentir más gratitud y menos añoranza por todo lo que he tenido.
He peleado, he llorado, me he desgarrado, y ahora estoy recogiendo los frutos, me siento más realizada, me siento más en paz, porque estoy aprendiendo poquito a poco, y sin demasiados trompicones, que gracias a ese no saber qué será de nosotros lo malo no debe preocuparnos, ya se irá, y lo bueno no está ahí para siempre así que tienes que cogerlo y atesorarlo, atesorarlo con el resto de recuerdos y vivencias que te hacen sentirte orgulloso de tí mismo, de los demás, de todo; aprender y tirar pa alante.
Los mayores de 65 años son estadísticamente más felices que los treintañeros, porque han aprendido a valorar la vida, porque se mantienen jóvenes en los recuerdos de otra época y saben dar las gracias por ello. Lo hacen con buen humor, mirando hacia adelante, ese es el modo de dar las gracias, sí señor.
Hace un año yo no sabía si haría los cursos de doctorado o no, no sabía si me cogerían en las prácticas de la comisión, buscaba casa en Santander, no sabía que pasaría la nochevieja en la Felguera, ni que buscaría casa en Europa, que podría trabajar en jurisprudencia, que me ofrecerían al menos dos becas y lloraría para rechazar una, luego coger otra, no sabia que me enamoraría, no sabía que mi chico tendría que irse al otro extremo del mundo y no sabía cómo me lo tomaría, no sabía que podría entregar "a tiempo" los trabajos de la universidad pese a estar a miles de kms y haciendo otras cosas, ni que tendría que cambiar RADICALMENTE el tema de mi trabajo de investigación por otro que parece que me gusta más, no imaginaba que estaría a punto de visitar a Marta en Sevilla, que Laura viviría aventuras en México, ni que llegaría a ver a Lucia Parra viviendo en Madrid! que haría con éxito mis exámenes de antropología, que viviría en Gijón con mi hermana y por fin un pequeño Teo pelirrojo en la familia, que no es un hijo mío, sino un gato.
Sigo sin saber qué será de mi vida, pero hoy me digo ¿para qué temer el no saber si puede haber tantas sorpresas? ¿para qué gastar energía en comerme la cabeza con cosas que no pasarán? lo mejor es dejarnos guiar, confiar, hacer nuestra voluntad.
Va a ser ese el camino adecuado, quien siga sus impulsos de modo coherente logrará sentirse satisfecho, triunfará.
Hoy veo que podría estar en el camino, ¿por qué no?.
Mi futuro profesional está en el aire pero podría ser bueno, podría significar que hay más salidas de las que pienso, que en cualquier momento puedo dar un giro y cambiar en algún sentido. Bueno, algo he mejorado, hoy tengo una relativa estabilidad que me permite tener menos miedo a mis equilibrios en la cuerda floja.
Mi chico se va dirección al sol naciente, pero podríamos encontrar a otras personas que nos hagan felices, podríamos volver a vernos algún día, podrían pasar tantas cosas que cualquier segundo que me dedique a imaginar nuestro futuro juntos o separados será una pérdida de tiempo. ¿Y quién me dijo a mí que le iba a encontrar?
Todo puede pasar! hoy digo, bendita indertidumbre, que nos tienes al hilo!
Del tema salud no vamos a hablar porque sencillamente no se puede, ahí estará una de las mayores, sino la mayor incertidumbre. Digamos que lo mejor es evitar las fobias y neurosis, sobre todo no nos obsesionemos.
Es obvio, pese a todo estoy de buen humor, exsultantemente alegre, tendrá que ver que en menos de una semana viajo y veo a gente a la que quiero mucho mucho mucho muchísimo. Con incertidumbre o sin ella una cosa está clara, nunca tendremos que dejar de lado los proyectos que nos ilusionan
:)