En esta vida todo puede pasar y es ahora cuando de verdad me doy cuenta. Puede pasar hasta lo más improbable. Cuando nos damos cuenta de que entramos en el juego de las porbabilidades y que no importa lo raro que sea un caso porque todo peude pasar, podemos ponernos a temblar.
Que un familiar enferme estando yo lejos de casa. Que me escojan para la comisión entre un montón de candidatos. Que se muera una stagiaire en Bruselas. Que otro se pegue dos veces en cuatro días. Que un amigo de Gijón ahora esté a 50 km. Que se caiga un avión sobre una casa... (hoy escribiría que un avión desaparezca en el Atlántico) Que una epidemia acabe en pandemia y asole el mundo.
Cuando una sóla cosa poco probable, aun sin base científica, digámosle probable a simple vista, ocurre, entonces te das cuenta de qued puede pasar de todo.
El mundo entero se conoce. Te encuentras con conocidos en remotos lugares del mudno. Una y otra vez acabas en fiestas que siempre son en la misma casa pero con inquilinos distintos. No importa lo absurda que pueda parecerte tu vida, nada está a salvo de la muerte.
Hubo un timepo en el aue creí aue el absurdo me ponía a salvo. Ahora pienso si el absurdo no es un modo de jugar a ocultarnos de lo indeseable en el mecanismo de la probabilidad. Cuando pensamos: "eso es tan raro... que no me peude pasar"; pero puede pasar.
Hoy ha muerto esa stagiaire, no la he conocido. Sólo sé que era irlandesa y estaba en Bruselas. Su Facebook sigue activo. Si yo me muero todo mi "cibermudno" seguirá funcionando dejando algo así como la estela de un fantasma en código binario.
De pronto me he dado cuenta: soy stagiaire en Luxemburgo ¡estoy en peligro de meurte! y esto, señores y señoras, es una obviedad sobre la que el absurdo me tenía pendiendo con su soga de irrealidad.
Si hace unas semanas hablaba del bienestar de los otros y del propio, ahora veo toda la inestabilidad que nos envuelve. Cada vez que he dicho que hay que corre, que no importa lo que se deja en casa porque ahí estará todo cuando se quiera volver. Esa frase de "yo se que ahí tengo a mis padres"; todo eso es mentira y siempre lo he dicho con una pizca de sentimeinto de culpa por ser consciente del pecado.
Puedo volver y notar los cambios, las faltas. Puedo no volver. Puedo faltar. Puedo huir del retorno por no ser éste como había imaginado en el momento de partir.
Me imagino lo duro que tiene que ser volver a un putno que no es el mismo, q eso no se le puede llamar volver. Yo dudo que encontrase mi ancla, mi amarre... mi roca. Por favor que no me falte mi roca madre, mi roca madre no. (cuando pienso en roca pienso en Ursula y en Cien años de soledad).
Y finalmente me doy también cuenta de que no hay enfermedad más peligrosa, contagiosa y extendida que el miedo. Ya no me salva ni la certeza cuando todo puede pasar. Ahora entiendo incluso a aquella bilbaina que cuando hay tormenta está convencida de que todos los rayos alguno tiene que caer sobre ella. Y sí ¡qué absurdo! En momento en los fque he temido por mi vida he pensado en las certezas, mis certezas, mis ganas en defintiva. Me decía y aun me digo: no, aun no es tu momento, no te vas a morir porque todavía no has escrito un solo libro y sé que no te vas a morir sin al menos uno. O no, todavía no te toca proque no sabes qué es le pleno amor. O basta, nada de morirse porque aun tienes que darle al mundo una hija o un hijo maravilloso. O no, esa persona aun no puede morirse porque no le has "vaciado la mente", no has recogido la memoria familair que ella guarda, como siempre has querido.
¿Y quién me dice que tengo concedido todo esto? puede o no pàsar pero en su conjunto es un absurdo. Todo cuanto hago es un absurdo.
Precisamente por actuar así he llegado a pensar que el entrevistar a esa persona podría acelerar su muerte, ahora si se meure yo no habré hecho nada de esto.
Al final todo son excusas en mis tratos con la nada porque son sólo cosas sin sentido que se me meten en la cabeza pero que no tienen vínculos para nada con la realidad. No son más que retales de egocentrismo inconsciente.
El mundo no gira en torno a mí, ni siquiera el que yo llamo "mi mundo", mucho menos depende de mí.
Todo se teje, entreteje y desteje como las circunstancias, por las casualidades y en esta vida TODO PUEDE PASAR.
(Acabaré no creyendo en el destino sino en el caos). Las vidas como carambolas de billar. Existen probabilidades pero ¿Quién sabe a ciencia exacta lo que ocurrirá? ¿Quién tiene en cuenta todos los factores? ¿Quién los conoce? ¿Quién los controla? ¿Quién los interpreta? Lo mejor es no pensar y vivir fingiendo control en el mundo.